Soy un Nómada. Mis únicas Banderas son el cielo del día y el manto de estrellas en la noche. Mi Tierra está allí donde piso. Mi cultura es la que comparto e intercambio con las personas que encuentro en el camino. Mi himno es el canto de los pájaros, el susurro de los arroyos cristalinos y el bufido del viento en bosques y cumbres. Mi gente sois tod@s, aunque todavía no os conozca.

lunes, 31 de agosto de 2015

Picos del Infierno


Travesía circular desde Baños de Panticosa hasta el collado de Pondielos para ascender a los Picos del Infierno Central (3082m) y Occidental (3073m) por la cara sur, pasando la Cresta que los une. Descenso hacia el collado de los infiernos, ibon de Tebarrai, ibones azules y embalse de Bachimaña, para llegar nuevamente a Baños de Panticosa.

Llego el viernes antes de que anochezca al párking del refugio de la casa de piedra. Ceno un buen plato de pasta y vivaqueo someramente. La luna llena me acompaña. A las 5.30 AM tomo un buen desayuno energético y a las 6, todavía de noche, comienzo a caminar por la senda marcada que asciende pronunciadamente. Las primeras luces del día me sorprenden ya a una altura considerable.

Flanqueando el Garmo Negro hacia el collado de Pondielos.

Como no conozco la zona y solo llevo un croquis de la ruta voy con cuidado de no perder el sendero que por momentos parece desvanecerse entre las rocas. El Argualas, el Algas y el Garmo Negro comienzan a verse en el horizonte, pero no son mi objetivo. Distingo el collado de Pondielos y continúo el ascenso. En un momento dado el paso se dirige a una canal encajonada y muy vertical. No veo a nadie ni delante ni detrás. A mi izquierda veo un hito. Tomo esa ruta consciente de que voy a desviarme al oeste. Un buen rato después confirmo que me he acercado al collado de Argualas. He ahorrado fuerzas al no seguir la canal, pero ahora navego un poco por intuición. Hago un giro drástico y flanqueo la imponente masa del Garmo Negro: me dirijo a la parte final de la amplia canal que sube hasta el collado de Pondielos. El ascenso hasta el mismo es penoso y duro . La pendiente es muy pronunciada y el terreno está muy descompuesto. Cada tres pasos avanzo dos, y las piedras ruedan monte abajo cada dos por tres (Atención: zona peligrosa si hay más gente. Riesgo de caída de piedras.). Me arrimo a la pared de roca para tener asideros que me aseguren. Son las 8.50 cuando alcanzo el collado. Me quedo impresionado por lo que veo: una muralla que parece infranqueable.

Afortunadamente encuentro a un grupo de montañeros aragoneses que hacen mi misma ruta. Van a ascender por la cara sur directos al Pico Central. Lo que no tienen tan claro es si harán la cresta y bajarán por Bachimaña, que es mi intención. Tras un breve descanso contemplando el ibon de la Galabrosa (que se une al de Pondielos) y reponer fuerzas con un plátano y bebida isotónica, les pregunto si puedo subir junto a ellos. Aunque la idea era hacer uno de mis SOLO, lo más inteligente me parece que es aprovechar esta oportunidad inesperada de la compañía. A ellos les parece bien.

Estudiando la vía de ascenso... a la izquierda de la marcada canal, directa al Pico Central.

Flanqueamos los picos de Pondielos y Arnales dirigiéndonos a la izquierda de la gran canal abierta en la imponente muralla de los infiernos. Tino, con 67 años a la espalda, es el líder del grupo y demuestra conocer la zona al dedillo además de mostrar una forma física excepcional. Por tanto, me confirmo en que he tomado una buena decisión.

(VIDEO HD)

Comenzamos la trepada (II-II+) que resulta impresionante por el patio, la exposición  y lo aéreo. Ascendemos en zig-zag por una serie de "terrazas". Voy grabando vídeo y tomando fotos siempre con una mano en la cámara y otra en un buen agarre. Mi respiración se agita, tanto por las emociones, como por el esfuerzo. Es uno de esos momentos que valen la pena vivir. A un ritmo casi frenético salvamos el desnivel y nos colocamos en la cima del Pico Central (10 AM). Las vistas y el día son impresionantes. Yo ya estoy deseando pasar la marmolera, la cresta, que era mi principal objetivo del día. Así que descarto hacer el Infierno Oriental, que está aquí al lado y no presenta ninguna dificultad, y fijo mi mirada en el estrecho puente de piedra blanca. El grupo decide finalmente que seguirá la ruta que yo tenía prevista: bajaremos juntos.

Paso la cresta como un niño con zapatos nuevos y una bolsa de caramelos, grabando sin perder la concentración en cada movimiento de mis pies. Aunque puede pasarse caminando sin problemas, un tropezón aquí sería el punto y final. (Atención: paso no apto para personas con problemas de vértigo o miedo a las alturas) Tras unos minutos llegamos al infierno occidental, y casi sin pausa nos dirigimos al descenso por la vía que viene del collado de los infiernos. Aquí  nos encontramos a varios grupos que, más o menos diligentemente, se dirigen al maravilloso lugar que hemos dejado atrás.

El descenso también presenta algunos destrepes interesantes y unas vistas impresionantes. En una hora y media ya estamos en el collado junto al ibon de Tebarrai (11.30 AM). Aquí la ruta pierde muchos alicientes, pese a lo magnífico del paisaje. Serán casi cuatro horas más caminando a ritmo marcial sin más que una pausa breve para comer algo. Cuando llegamos al refugio de la casa de piedra nos entrechocamos las manos: ahora sí que hemos acabado. Con una sonrisa nos despedimos… y yo me vuelvo solo para recoger los bártulos y dirigirme a casa. Una ducha, una buena cena y mi familia me esperan. Durante el viaje recuerdo los momentos vividos al ritmo del Highway to Hell... y me siento enormemente feliz.


Una ruta exigente, técnica y preciosa que en invierno debe ser más complicada.

Ruta en amarillo, desviación errónea incluida. (clik para ampliar)

Ficha Técnica MIDE según mis propias apreciaciones.

Inicio-Final: Aparcamiento Refugio Casa de Piedra (1636 m) Altitud Máxima:  3081 m.
Desnivel+ Acum: 1700 m. Distancia: aprox 17 km. Horario: 8h 55 min.
Dificultad: 4 Cantidad de esfuerzo: 4 Severidad del medio: 4 Orientación en el itinerario: 4